Menos humos en las ciudades

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El Gobierno aprueba un plan nacional para mejorar la calidad del aire que incentiva la utilizacion de automóviles más limpios para intentar reducir la contaminación urbana

Casi un tercio de los habitantes de las ciudades de Europa está expuesto a concentraciones excesivas de contaminantes atmosféricos nocivos, según revela el últimoinforme de la Agencia Europea del MedioAmbiente (AEMA). Consciente de esta situación, la UE lleva años reclamando a sus Estados miembros que se pongan las pilas paraconseguir una atmósfera más limpia. Peroeste objetivo no todos lo cumplen. Ese esel caso de España, un país acostumbradoa incumplir con cierta frecuencia los límitesde emisiones fijados por la legislación europea para algunos contaminantes.

Así ocurre al menos con el dióxido denitrógeno (NO2), una sustancia que procedeen gran medida del excesivo tráfico quesoportan las grandes aglomeraciones urbanas y uno de los cuatro contaminantes –losotros tres son el dióxido de azufre (SO2),compuestos orgánicos volátiles (COV) yamoniaco (NH3)– para los que una directiva europea establecía unos techos nacionales de emisión a partir de 2010, es decir,una cantidad máxima expresada en kilotoneladas que cada Estado podía emitir en unaño y que, para los óxidos de nitrógeno esde 847. Según el citado informe de AEMA,España no solo fue en 2011 uno de los sietepaíses infractores –emitió 934, el 10,3%más de lo permitido–, sino que además fue el único país junto con Luxemburgo queempeoró sus datos con relación al ejercicioanterior.

Ante estos incumplimientos que amenazan el medio ambiente y la salud de los ciudadanos europeos –se estima que la contaminación atmosférica reduce la esperanzade vida en unos dos años en las ciudadesy regiones más contaminadas–, la UniónEuropea está revisando su política de calidad del aire. Y todo apunta a que la Comisión hará pública el próximo otoño una propuesta para revisar esta directiva de techosnacionales de emisiones que incluiría unendurecimiento de los límites para 2020.

Sea por evitar nuevos toques de atención o posibles sanciones por parte deEuropa, sea por la necesidad de actualizary adecuar la normativa nacional a la europea e internacional, lo cierto es que Españaha decidido dar un un paso al frente y aprobar un nuevo Plan Nacional de Calidad delAire y Protección de la Atmósfera –llamadoPlan Aire– para el periodo 2013-2016.

Esta iniciativa, a la que el Consejo deMinistros dio definitivamente luz verde elpasado 12 de abril tras un periodo de alegaciones, incluye 78 medidas dirigidas areducir la contaminación y a mejorar la calidad del aire en las ciudades. Según destacan desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, este plan incorpora actuaciones realistas y eficaces paraintentar atajar un problema que reconocenque es común en muchos ámbitos urbanos europeos pero que, en nuestro caso,demanda soluciones diferentes dadas lasparticularidades de las ciudades españolas.

‘Dieselización’ de la flota

Entre estas características singulares, elplan se refiere a la elevada densidad de tráfico rodado en el centro de las ciudades; lapeculiar arquitectura de grandes zonas urbanas, con vías de tráfico relativamente estrechas y encajonadas entre edificios de devarias alturas y pocas zonas verdes, lo queimpide una adecuada ventilación de laatmósfera; el clima mediterráneo, con frecuentes episodios de calma atmosférica,irradiación y temperatura elevadas y bajaprecipitación, que favorecen la acumulación de contaminantes, y la dieselizacióndel parque automovilístico español, quesupera el 60% y es responsable en mayormedida que los motores de gasolina de lasemisiones de partículas y NO2.

Ante este escenario, el Gobierno concluye que las medidas más efectivas a cortoplazo para tratar de mejorar la calidad delaire en lo referente a estos contaminantesy el ozono troposférico no son tecnológicas,sino que descansan sobre una reducciónde la densidad de circulación y de la proporción de vehículos diésel de la flota.

Para conseguirlo, y bajo el principio de«quien contamina, paga», este plan aconsejapenalizar fiscalmente a los propietarios de loscoches que más contaminen mediante unareforma del impuesto de circulación eimpedir su entrada en los centros urbanoscon la creación de zonas libres de emisiones.

La aprobación de este nuevo marco normativo ha sentado bien en todos los estamentos, aunque muchos temen que lasmedidas que contiene, algunas ya repetidasen otros planes y estrategias, se queden enpapel mojado y no sean finalmente llevadasa la práctica.

Así, no falta quienes, como Ecologistasen Acción, aseguran que este plan adolece de los mismos defectos que otros documentos similares, esto es, pretender que conpromesas de mejora del transporte público

o el fomento del uso de la bicicleta se va areducir la contaminación en las ciudades. Ensu opinión, además, hace falta medidas muyconcretas de restricción del uso del coche.Y eso, dicen, no parece en el plan Aire.


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