El año de la e-SIM

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La tarjeta electrónica virtual anticipa el comienzo de una nueva etapa en el internet de las cosas y latelefonía con la llegada de una nueva tarjeta que promete ventajas y suscita todavía algunas dudas

Una nueva era en las telecomunicaciones está a punto de comenzar. Así lo sostiene la patronal que agrupa a los operadores y fabricantes de dispositivos, GSMA, que el pasado mes de febrero anunció que ya tiene disponible la primera especificación técnica para implantar la e-SIM, la tarjeta electrónica virtual que promete acabar con las SIM físicas y anuncia un cambio de paradigma en la telefonía móvil. Esta tarjeta universal que ya ha sido bendecida por las grandes empresas de telecomunicaciones y que revolucionará completamente el sector, según reconocen los actores, presenta claras ventajas, aunque también algunas dudas que tendrán que ser resueltas.

Entre las primeras, la más evidente es que esta nueva pieza, que vendrá preinstalada de fábrica dentro del hardware del aparato, permitirá a los usuarios la posibilidad de cambiar de compañía casi al instante, según le convengan más

o menos las tarifas de datos de cada una. Además, ofrecerá ahorros en los servicios de roaming, ya que al viajar al extranjero se podrán recibir de manera online las ofertas de los operadores locales del país visitado, por lo que se podrá adherirse instantáneamente a sus tarifas para navegar y llamar más barato.

La e-SIM también nos brindará la oportunidad de tener más de dos números de teléfono asociados a nuestro dispositivo inteligente, que ya no necesitará una ranura para tarjetas SIM, por lo que los fabricantes dispondrán de algo más de espacio en su interior, aunque no mucho, dado el reducido tamaño de las micro-SIM y nano-IM actuales.

Sombras sobre la tecnología

Por su parte, la principal sombra que se cierne sobre esta tecnología tiene que ver con los trámites que será necesario realizar para transferir nuestra e-SIM de un teléfono a otro si el primero se estropea. En la actualidad, basta con extraer nuestra tarjeta física de un aparato e introducirla en otro para no quedarnos sin servicio, pero aún no está claro que con el nuevo sistema este proceso vaya a ser tan rápido y sencillo. También preocupa y mucho la seguridad del uso de datos ante el riesgo de que la nube en la que se encuentra nuestra e-SIM pueda ser hackeada, y habrá que ver a qué velocidad lo implementan las operadoras para que no se dé el caso de que aparezcan en el mercado móviles de última generación que no puedan ser utilizados con algunas compañías porque aún no hayan introducido este estándar común.

A pesar de que todo parece indicar que los días de la tarjeta SIM física están contados, pocos son los que se atreven a poner una fecha a su definitiva desaparición. Según fuentes de la industria, la SIM virtual llegará de forma progresiva, primero a los objetos conectados y más tarde, seguramente no antes de finales de 2017, a los teléfonos móviles.

El calendario dibujado en el Mobile World Congress, celebrado recientemente en Barcelona, apunta a que los fabricantes de equipos y los operadores realizarán las primeras experiencias piloto en equipos máquina a máquina (M2M) instalados en automóviles y sistemas de seguridad y en algunos weareables, como los relojes inteligentes y pulseras. De hecho, Movistar ya anunció en el marco de este evento internacional que venderá en abril en Alemania, a través de su filial O2, un reloj Samsung con SIM remota.

Se trata, en opinión de los expertos, de un claro guiño al creciente mundo del internet de las cosas (IoT, por su nombre en inglés). Con una e-SIM, coches, relojes, electrodomésticos, la ropa y otros gadgets que ahora ni siquiera podemos imaginar podrían conectarse con más facilidad, sin la ayuda de un teléfono móvil, lo que resulta indispensable para que to-dos los objetos puedan comunicarse entre sí y ser controlarlos de forma remota y automatizada.

En el caso de la telefonía, sin embargo, el sector sostiene que este nuevo dispositivo electrónico no comenzará a integrarse en los primeros móviles de forma comercial hasta la segunda parte de 2017 o principios de 2018, aunque no resultaría del todo extraño que el próximo teléfono de Apple –la compañía de la manzana fue el primer fabricante en utilizar la nano-SIM– venga con una nueva tarjeta virtual blanca incluida.

Llegue cuando llegue, lo que es indudable es que este nuevo desarrollo supondrá un duro reto para las tiendas físicas, muchas de las cuales podrían verse obligadas a bajar la persiana ante la pérdida de clientes –la mayoría de las visitas de los usuarios son para realizar cambios relacionados con la tarjeta SIM o traslados de compañía– y también para los organismos reguladores, que deberán velar por que los operadores no alteren las ya de por sí intrincadas reglas de juego del sector.

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