Cristina Aristoy Cadenas

Ingeniera de Diseño Industrial y socia fundadora de Singularu

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“Cada persona puede y debe estudiar lo que le motiva y hace feliz”

Cristina Aristoy Cadenas

Cristina Aristoy es todo un ejemplo de emprendimiento y éxito empresarial. Tras finalizar sus estudios en Ingeniería de Diseño Industrial, realizó su proyecto fin de carrera en Londres, centrado en el ámbito de la joyería. A su regreso, estudió la especialidad de Organización Industrial y el Grado Superior en Joyería Artística en EASD, que finalizó en la ciudad coreana de Seúl.

En el ámbito empresarial, es socia fundadora de la marca valenciana de joyería Singularu, que nació como un “marketplace”, donde ponían en contacto artesanos con clientes. En estos momentos cuenta con un equipo formado por más de 140 personas, y ha logrado posicionarse como una de las empresas más rápidas en tiempos de entrega de Europa, operando a través de su canal online en todo el mundo. La producción es española, lo que permite un alto nivel de flexibilidad y rapidez a la hora de generar propuestas acordes a los gustos y tendencias actuales.

Desde su creación como marca “nativa digital” en 2014, ha abierto una veintena de tiendas propias y varias franquicias. El objetivo es finalizar el año 2022 con 45 puntos de venta, y dar el salto definitivo al mercado internacional.

Todo este trabajo ha llevado a Cristina Aristoy a ser reconocida con el Premio Joven Talento 2021, otorgado por la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP), y con el Premio EWoman 2019, que entrega Prensa Ibérica, y que reconoce a las mujeres que destacan en el entorno laboral y tecnológico.

Cristina Aristoy forma parte del elenco de ingenieras que han sido elegidas para participar en la iniciativa “Mujeres ingenieras de éxito y su impacto en el desarrollo industrial”, el programa que hace varios años puso en marcha la Unión de Asociaciones de Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la rama industrial de España (UAITIE), y que incluye la exposición itinerante “Mujeres ingenieras de éxito”, que recorre los distintos Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de España.

¿Qué le llevó a estudiar una Ingeniería?
Lo que me llevó a estudiar ingeniería fue un poco el entorno y el contexto de ese momento. Durante mis estudios anteriores, tuve muy buena formación en ese ámbito y me resultaba muy interesante la parte técnica, por lo que decidí que una ingeniería en diseño industrial era una muy buena opción. Además de la ingeniería, me interesaba en particular la parte más organizacional de las empresas, por lo que decidí complementar mis estudios de ingeniería con una especialidad de Organización Industrial.

Al finalizar sus estudios, viajó a Londres para preparar su proyecto fin de carrera centrado en joyería, ¿cómo recuerda este proceso de aprendizaje?
Fue un proceso de aprendizaje muy enriquecedor. Venía de una carrera muy técnica y en Londres encontré un cambio de paradigma en cuanto al estudio de la ingeniería. Para mí, Londres fue inspiración, creatividad y sobre todo crecimiento profesional. Esa experiencia me impulsó a estudiar el Grado Superior en Joyería Artística.

A su regreso, realizó la especialidad de Organización Industrial y el Grado Superior en Joyería Artística en EASD, finalizándolo con la realización del Proyecto final en Seúl, ¿cómo fue la experiencia?
Sentía que quería seguir formándome y en particular me interesaba la parte más organizacional de la ingeniería, por lo que me especialicé en Ingeniería de Organización Industrial, una rama más empresarial y específica. Compaginaba la parte más técnica con la parte más creativa, con el Grado Superior en Joyería Artística en EASD. Mi experiencia en Seúl estuvo cargada de aprendizajes distintos a lo que estaba acostumbrada a nivel empresa, lo que fue muy enriquecedor a nivel profesional, y me hizo entender el concepto de la organización empresarial desde otra perspectiva.

Y ya de regreso en España, comienza su andadura empresarial como socia fundadora de la marca de joyería Singularu, formada por un equipo de más de 140 personas. ¿Cómo se ideó el proyecto y cómo fueron sus inicios?
Singularu nació como un “marketplace” donde poníamos en contacto artesanos con clientes. Rápidamente y a través del análisis de datos, vimos que lo que mejor funcionaba como producto era la joyería. Además, queríamos que nuestro modelo de negocio estuviera basado en la producción local y nacional. Teníamos contactos a nivel local con el tejido joyero valenciano, y esto nos permitía tener la producción de las joyas muy localizada. Trabajar con proveedores locales nos facilitaba crear joyas en plazos cortos, para que las clientas las recibieran en el menor tiempo posible. Además, trabajar con proveedores locales y nacionales nos permitía contribuir a la economía del país, y a generar puestos de trabajo. Con todo esto, testeamos el modelo de venta de joyería online a través de una colección cápsula.

En ese momento la venta de joyas online no estaba muy explotada, por lo que detectamos una oportunidad de negocio. Gracias a la producción y venta de esa colección, identificamos y aprendimos puntos de mejora, como por ejemplo la competitividad de plazos de entrega de la joya u optimizar producciones. Como todo, la idea evolucionó y mejoró en los puntos más técnicos, y eso nos permitió llegar al Singularu actual. En ese aspecto, seguimos iterando y mejorando gracias al análisis de los datos y, sobre todo, identificando lo que nuestras clientas quieren y necesitan.

¿Cuáles diría que son los puntos fuertes de la empresa?
Los puntos fuertes de Singularu como empresa de joyas son, en primer lugar, el foco por encima de todo a las clientas, pudiendo así dar en el clavo en cuanto a necesidades de producto y una excelente experiencia de cliente. En segundo lugar, las personas que han construido Singularu con su trabajo diario. Trabajamos desde la confianza plena en el equipo, pensando estrategias para cubrir las necesidades de nuestras clientas.

En tercer lugar, el análisis de datos. Si no analizamos, perdemos oportunidad, por lo que analizar, iterar y entender a través de los resultados lo que necesitan las clientas en cuanto a diseño, momento vital o experiencia de cliente, es fundamental para el éxito.

¿Cuál es su proyección en la actualidad? ¿Cómo está siendo su expansión?
Nuestro objetivo actual es la expansión retail a nivel nacional, acabando este año con 45 puntos de venta. Creemos que la experiencia física nos acerca a las clientas, y nos ayuda a que nos conozcan de una manera más cercana. En cuanto al e-commerce, nuestro objetivo es asentarnos a nivel nacional, y abrirnos puertas en el mercado internacional, lo cual nos emociona especialmente. Creemos que el canal físico y en online se alimentan mutuamente e impulsan el crecimiento global.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Los próximos proyectos son la expansión retail a nivel nacional, terminando el año con 45 puntos de venta y el salto al mercado internacional. La expansión de marca nos hace mucha ilusión, porque podemos aplicar todo ese aprendizaje que hemos ido forjando a lo largo de estos años. Replicar el modelo Singularu adaptado a las necesidades de nuestras clientas de otros países nos hará aprender y crecer como marca, no tanto en número de ventas, que también, sino en “learnings” para poder seguir creciendo con ellas.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿Cómo suele ser su día a día?
Lo que me apasiona de mi trabajo es el aprendizaje constante. Siempre hay cosas por hacer, puntos que mejorar, nuevos retos en los que trabajar, y eso me mantiene activa tanto a nivel creativo como estratégico. Creo que nutre mucho mis ganas de seguir y, sobre todo, reafirma mi amor por el emprendimiento. ¡No hay manera ni tiempo de estancarse!, estoy siempre en constante evolución profesional y personal. Es realmente emocionante.

Estudiar una carrera de Ingeniería implica un cierto sacrificio, y en la actualidad hay una falta de vocaciones hacia este tipo de estudios, ¿qué les diría a los estudiantes de Secundaria para animarles a estudiar una Ingeniería?
Creo que todas las ingenierías te proporcionan una formación muy completa y multidisciplinar. Les diría que exploren lo que les gusta, y que se informen muy bien para poder decidir. Creo que la ingeniería es un campo enorme y las posibilidades son infinitas. Por lo que mi consejo sería investigar y formarse, independientemente de lo que se conoce a nivel base y común de las carreras de Ingeniería.

Su labor emprendedora ha sido reconocida a través de la concesión de varios galardones, como el Premio Joven Talento 2021, otorgado por la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP), y el Premio EWoman 2019, que entrega Prensa Ibérica, y que reconoce a las mujeres que destacan en el entorno laboral y tecnológico. ¿Qué suponen para usted estos reconocimientos?
Gracias. El reconocimiento del trabajo realizado es gratificante, pero para mí, lo que realmente representa esa visibilización, es que otra gente se sienta identificada con lo que hacemos y que se anime a emprender. Perder el miedo, salir de la zona de confort y, sobre todo, aprender a abrazar la incertidumbre cuando te ves reflejada en otros, puede que anime a otros a dar el paso.

En su opinión, ¿qué papel desempeñan las mujeres en el ámbito de la Ingeniería? ¿Queda todavía mucho camino por recorrer?
Para mí el papel de la mujer en la ingeniería es exactamente el mismo papel que el del hombre, y es que no creo en la segmentación de sexos en cuanto a carreras profesionales. Cada persona puede y debe estudiar lo que le motiva y hace feliz. En ese aspecto, creo que socialmente estamos evolucionando hacia un paradigma profesional más inclusivo. Creo también que es sumamente importante la formación sobre todas las ramas, aplicaciones y posibilidades de la ingeniería, para que no se quede en un concepto cerrado en cuanto quién puede estudiarla o qué salidas profesionales tiene.

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