Solución innovadora que permite la colaboración hombre-robot en el montaje de vehículos

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La empresa de ingeniería Dürr suministra por primera vez una celda robotizada completa que establece la colaboración hombre-robot para la fabricación de automóviles. En ella, hombres y robots trabajan en el montaje final del automóvil sin necesidad de estar separados. Esta innovadora solución de colaboración aumenta la calidad de las juntas de los depósitos de combustible adheridos, además de ahorrar tiempo y reducir los costes por pieza.

Los robots cada vez tienen más presencia en la producción de automóviles. Además de los procesos de chapistería y pintura, los procesos de montaje final también se automatizan cada vez más. Así pues, las celdas robotizadas que funcionan separadas por rejas protectoras realizan trabajos recurrentes con la máxima precisión de repetición. No obstante, una automatización completa del montaje final resulta complicada. Muchos procesos de trabajo requieren tareas complejas por parte de los operarios de montaje, en las que deben reaccionar continuamente a nuevas situaciones actuando con la flexibilidad correspondiente. En este punto, la cooperación entre hombres y robots abre nuevas posibilidades. Cuando se aprovecha el rendimiento de un robot y, al mismo tiempo, la flexibilidad del hombre contribuye a llevar a cabo el proceso de fabricación con más rapidez, menores costes y mayor calidad, se dan las condiciones para utilizar sistemas de colaboración hombre-robot.

Esta instalación en el montaje final permite al trabajador especializado llevar el depósito con ayuda de un manipulador hasta una mesa, lo limpia y lo entrega al robot para su posterior procesamiento. Este aplica un cordón adhesivo muy uniforme y supervisa mediante los sensores del cabezal de aplicación que su altura sea perfecta. Cuando el robot ha finalizado su trabajo, entra de nuevo en acción el trabajador especializado, encaja el depósito en la posición prevista de la carrocería del vehículo. Este complejo proceso requiere la destreza humana. El manipulador le apoya a la hora de ejecutar movimientos en condiciones ergonómicas desfavorables. Dürr suministra los procesos completos para la nueva colaboración hombre-robot.

Además del concepto de diseño, estos incluyen la alimentación completa de materiales, el sistema de dosificación regulado eléctricamente para el flujo de producto adhesivo controlado en función de la velocidad y la unidad de mando de orden superior con un panel de operación para la manipulación, el pegado y el atornillamiento. Dürr también desarrolla los cabezales de aplicación, de un diseño muy ligero por motivos de seguridad y que pueden girarse de forma flexible 360 grados. Además, toda la gestión de montaje del depósito en la carrocería mediante tecnología de manipulación también forma parte del volumen de suministro de Dürr, que además se ocupa de realizar las trayectorias y programar el robot de la colaboración hombre-robot.

Aunque no hay vallas ni recintos, los requisitos de seguridad de la colaboración hombre-robot son notablemente superiores a los de las celdas robotizadas separadas. El concepto de seguridad debe cumplir unas especificaciones y normas estrictas basadas en una evaluación de riesgos. Entre otros, el paquete de seguridad requiere que los robots se ubiquen de manera que se minimice el contacto con el hombre en la medida lo posible. No obstante, también deben tenerse en cuenta los movimientos humanos. Por ello, el robot debe trabajar con suavidad y desconectarse en milisegundos si se registra un contacto. Dürr ha diseñado el concepto de la celda de pegado de manera que el robot básicamente funcione por debajo de la zona de la cabeza y el pecho del hombre. Los sistemas de colaboración hombre-robot son en principio interesantes si se requieren calidades elevadas constantes, como por ejemplo al adherir componentes.

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