En memoria del decano Domingo Fernández González

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El pasado 9 de febrero del presente año fallecía el querido amigo y decano del Coiti de Cantabria, Domingo Fernández González. Su muerte ha causado una onda conmoción dentro del colectivo de la Ingeniería Técnica Industrial. Tuve el privilegio de conocerle hace algo más de 20 años, y terminamos forjando una gran amistad. Para mí y los que le conocieron, Domingo Fernández González fue un profesional honesto y un compañero leal que siempre destacó por su sencillez y afabilidad, virtudes que puso al servicio de la profesión y de la política. Su vida como profesional de la ingeniería y su actuación en la política han estado marcadas por el trabajo y la dedicación a los demás. Domingo era un demócrata decente y sacrificado al que se le reconocía –y se le reconoce– por haber manifestado una actitud dialogante ante los conflictos y por exhi-bir un talante conciliador. Todo ello avalado por su interesante currículum, del que a continuación se resumen los aspectos más significativos.

Nació el 19 de diciembre de 1943 en San Miguel de Aguayo (Santander). A nivel académico, fue perito industrial eléctrico en 1966 por la Escuela de Santander; ingeniero técnico industrial en Electricidad en 1978; diplomado en Ingeniería del Medio Ambiente por la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (1981), y diplomado en Ingeniería de la Reconversión Industrial por la Universidad internacional Menéndez y Pelayo (1982).

Como datos profesionales más relevantes hay que mencionar que perteneció al Grupo «A» de la Administración Autonómica de Cantabria; fue jefe del Gabinete de Estudios y Apoyo Técnico de la Dirección General de Obras Hidráulicas y Ciclo Integral del Agua, del Gobierno de Cantabria (Consejería de Medio Ambiente) desde 1969, director técnico de la Central Eléctrica de Bata (Río Muni), de 1968 a1970, miembro del Comité Español de Iluminación, desde 1970, autor y codirector de importantes proyectos de iluminación de monumentos nacionales, así como autor y director de importantes obras hidráulicas en Cantabria.

En lo corporativo, fue decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Cantabria (1978-1986) y desde 1994 hasta su fallecimiento; presidente de la Asociación Cántabra de Ingenieros Técnicos Industriales desde 1994 hasta su fallecimiento, y secretario general de la Mutualidad de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales (Mupiti). Fue distinguido como socio de mérito de la Unión de Asociaciones de Ingenieros Técnicos Industriales de España (Uaitie), colegiado de honor de los Colegios de Ingenieros Técnicos industriales de Asturias, Madrid y Palencia.

En el ámbito político fue Alcalde-presidente del Ayuntamiento de Pesquera (Cantabria), candidato al Senado por Cantabria en 1986, y presidente del Partido Reformista (PRD) en Cantabria (1984-1987). Su comportamiento fue siempre de compañero leal y de buen hombre, con excelente talante, preocupado por el medio ambiente y la naturaleza… Le recuerdo con especial cariño en los momentos en que pertenecíamos al grupo de amigos comunes (Enrique Pérez, Gregorio Tierraseca, Cesáreo González y Antonio Ramallo, entre otros). En el Consejo General, así como en los foros nacionales, defendió con fuerza y coraje los temas de la profesión concernientes a Cantabria. A sus amigos trataba de transmitirles el amor a su Santander, de lo que soy testigo de excepción en las dos ocasiones en que asistí a las fiestas patronales de este colegio invitado por él.

La estela que deja entre su familia, sus amigos y en el colectivo de la Ingeniería Técnica Industrial, como se pudo observar el día del sepelio, en el que estuvo presente el presidente del Consejo General, de la Uaitie y de la Fundación Técnica Industrial, Vicente Martínez García, acompañado de los miembros de la ejecutiva y de innumerables decanos de los distintos colegios, así como el decano en funciones y la Junta de Gobierno en pleno de este entrañable Colegio al que él le dedicó tanto, y cuya trayectoria estuvo marcada, fundamentalmente, por su buena imagen y estilo en el quehacer diario de su trabajo.

Por todo ello, recordaremos a Domingo Fernández González con especial cariño, dejando constancia a su viuda, María Victoria Sánchez de Movellán Espinosa, y a sus hijos Oscar, Domingo y Santiago Fernández Sánchez de Movellán, de la más sentida condolencia del colectivo de la Ingeniería Técnica Industrial, a la vez que transmitimos el testimonio de condolencia al actual decano, Aquilino de la Guerra Rubio, y a su Junta de Gobierno, por la sentida pérdida del compañero.

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